Posts tagged ‘la senda de bryan del rio’

enero 15, 2011

LA SENDA DE BRYAN DEL RIO

por Libertad Periodística

Peleando a la contra: EFER SOTO

LA SENDA DE BRYAN DEL RIO

Bryan del Rio era una de las plumas más impresionantes del grupo de estudiantes que en esa habitación con olor a muerte intentábamos cambiar el mundo con nuestras letras. Como me lo había dicho en muchas ocasiones tenía el valor agregado de una vida jodida, lo suficiente según su punto de vista para convertirse en un gran escritor.

-Flaquito ven- decía siempre que me cruzaba en su camino.
-Dime Bryan- Siempre me recordaba a un personaje de video juego.
-Te voy a contar.
-Dime Bryan.
-Ah, lo jodido que fue.
-Que cosa.

Soy el décimo y último hijo de un matrimonio arreglado, dicen que cuando nací mi padre dijo “una boca más que alimentar”, esta claro que no estaba en los planes. Mi padre arto de una mujer que parecía gallina ponedora se largó cuando tenia tres meses, y mi madre… bueno, se murió de tristeza supongo, creo que morir de tristeza es la peor de las muertes. Mis hermanos se desperdigaron por todo el país, perdiendo toda comunicación entre ellos. Siempre fui ambicioso, por lo que también sufrí. Tenia diez años y la economía no estaba muy bien para los abuelos que tuvieron que lidiar conmigo, por si fuera poco me enamoré a los doce y bueno, el amor también fue esquivo. Siento que todo empeorará.

Nunca pensé que aquello sucedería.

Bien, fue así:

Bryan estaba caminando ebrio por las rieles del tren en el Cono Este, gritando ¡Arrollaré al tren! ¡Descarrilaré el tren! Vino el tren y Bryan salió corriendo hacia la carretera central y fue arrollado por un auto, voló varios metros y no quedó en coma hasta que viera al conductor y decirle “Déjame morir”.

Días después rondaba por el hospital primero por mi hermana superpoderosa que sufría de TBC y segundo por Bryan que estaba en coma. Entré a su habitación y lo vi pálido, con el aspecto de un chile súper masticado.

-Chofer de mierda, creo que estoy en un hospital- dijo de pronto; yo me acerqué de prisa.
-Si estas en un hospital- le dije.
-¿No estas muerto? ¿Estoy muerto?
-No, ambos estamos vivos.
-No siento mis piernas colega. Esto no es salvar una vida, esto es joder una vida. Que clase de idiota salva a alguien con las piernas destrozadas. Acaso esa mierda me va a cuidar.

Entonces para mi buena suerte entró el doctor, así pude dejarlos solos.

-¡Mis pierdas doctor!, ¡donde mierda están mis piernas! ¡Julian! ¡Julian!- gritó
Entré y lo vi llorar, lo había visto siempre triste pero era la única vez que lloró, era como ver a uno de los robles más duros caer y arrasar con muchos árboles a su paso, dejando un enorme vacío.

Meses después, luego de innumerables sesiones sicológicas lo vi.

-Que tal Bryan.
-Mal, me arrancaron la tristeza, lo único que tenía. No puedo escribir nada.